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Cómo cultiva Stanford su cultura emprendedora

Cómo cultiva Stanford su cultura emprendedora
abril 23
11:14 2014

T.J. Duane inició el pasado septiembre el curso Startup Garage de la Graduate School of Business de la Universidad de Stanford para construir una plataforma de red cerrada centrada en los abogados. Ocho semanas después dentro de ese curso de 24 semanas él y su equipo desecharon realizar esa idea.

«El antiguo proyecto nos hizo virar de rumbo…. y decidimos que en su lugar íbamos a construir una herramienta para la comunidad en general», declaró Duane durante un descanso en el campus donde trabaja su empresa. El nuevo proyecto de su grupo realiza una mezcla innovadora entre Facebook y LinkedIn que ayudará a los estudiantes de posgrado a comunicarse entre sí en función de sus habilidades y antecedentes académicos.

Una práctica intensiva de probar, fallar y volver a intentar

En principio en el curso se fomenta el error. Este ciclo intensivo y práctico busca el defecto para potenciar la idea de “volver a intentarlo”. En otras palabras “ayuda a preparar a los estudiantes para lanzarse a nuevas ideas que atraigan a los inversores”, así lo definió el instructor de inicio de Startup Garage, Stefanos Zenios, también profesor de operaciones, información y tecnología de la Universidad de Stanford.

«Startup Garage se centra en la fase inicial de financiación para preparar el momento en que puedes estar frente a diversos inversores y pedirles para tu proyecto 250.000, medio millón o tal vez un millón de dólares«, dice Zenios .

Alrededor del 95% de los 809 alumnos de la Graduate School of Bussines de Stanford optan por estudiar por lo menos una asignatura de espíritu e innovación empresarial – a escoger entre Startup Garage, Lanzamiento de Productos o Formación de New Ventures. En el Stanford Venture Studio, los estudiantes que solicitan ser residentes utilizan el emplazamiento para diseñar y construir empresas. Otros toman los recursos y ventajas que se les ofrecen en forma de servicios, como las sesiones prácticas de paso.

Cursos en un ecosistema de tecnología y capital riesgo

Estos cursos posicionan a Stanford como una de las líderes de la iniciativa empresarial, otro de los puntos fuertes que tiene la escuela sobre el resto es su ubicación en Silicon Valley, el corazón del desarrollo tecnológico. Además está a pocos kilómetros de las empresas de capital riesgo más importantes en Menlo Park, California. Desde su creación en 1996, la Escuela de Graduados del Centro de Negocios de Estudios Empresariales (CES) de Stanford, lleva aprovechando su emplazamiento mediante su proximidad a estos focos empresariales que ayudan a la contratación en Silicon Valley y permiten realizar acuerdos con sus líderes y los directores del CES que han propiciado el desarrollo de planes de estudio empresarial en la escuela.

El vasto elenco de asesores, inversionistas y empresarios, junto con la aplicación de las últimas técnicas de lanzamiento innovador y las herramientas y pensamiento de Silicon Valley, propician el desarrollo de escuelas de innovación en la que Stanford se posiciona como una de las más sobresalientes.

Como resultado Stanford tiende a atraer a un porcentaje mucho más alto de futuros estudiantes que quieren hacer sus propios proyectos y una vez en Silicon Valley, la escuela ofrece suficientes oportunidades para impulsar las probabilidades a favor de los fundadores de startups. Un total del 18 % de la clase de Stanford MBA 2013 optó por hacer una startup, por encima del 12 % de finales de 1990.

De acuerdo con una lista de Poets & Quants las 100 principales startups levantadas por MBA cuentan con fundadores de las escuelas de negocios de Stanford y de Harvard, que en conjunto representaron más de la mitad de la lista. (Para hacer la lista, una startup MBA tuvo que haber conseguido un mínimo de 1,6 millones de dólares en financiación).

Una cultura de colaboración entre MBAs, ingenieros, abogados y estudiantes del MED

Mientras que Harvard Business School tuvo fundadores en 34 de las 100 nuevas empresas MBA, Stanford no se quedó atrás con sus 32 nuevas empresas en la lista que abarcan diferentes sectores.

Además en la lista destaca un nombre bien conocido en el campus de Stanford: Wildfire, una empresa de marketing en redes sociales, fundada por una pareja de Harvard/Stanford en 2008 que Google terminó comprando en 2012 por 350 millones de dólares.

Sofi, el número seis de la lista, salió del Curso Garage de Stanford. En 2011, Mike Cagney, Dan Macklin, James Finnigan e Ian Brady tuvieron una idea para la refinanciación de préstamos estudiantiles a tasas más bajas que las corrientes. La idea consistía en pedir dinero a ex alumnos de Stanford para los estudiantes que estaban en refinanciación. El pasado septiembre, Sofi estaba financiando 450 millones de dólares en préstamos destinados a 4500 prestatarios con un ahorro medio de 9400 dólares por cabeza.

Como director de la facultad de la CES, Zenios también fomenta la colaboración entre MBA, ingenieros, abogados y estudiantes de medicina con iniciativas como el reciente «Finding your team», un experiencia de mezcla social que atrajo a 250 personas de diferentes programas de Stanford y les permite trabajar juntos: “comentan los proyectos en que están trabajando y, si todo va bien, se reúnen para formar equipos de startups”.

Los estudiantes pueden aplicar para realizar el curso con una idea en la mente y un equipo de al menos dos o más individuos que estén dispuestos a trabajar con otros. Cada grupo se reúne en una clase dos veces por semana y sigue un proceso iterativo, estructurado y sistemático de entregas semanales.

Mientras tanto Duane trata de conectar a los estudiantes de postgrado en línea, en particular a los estudiantes de MBA que siempre están en busca de informáticos que contribuyan a la creación de un nuevo producto. «Van a pasar el rato en el departamento de ingeniería con alguna pizza«, bromea Duane.

Perseverar o perecer

Startup Garage se lleva a cabo en un espacio luminoso y moderno llamado CoLab, que está ambientado para parecerse a un garaje lleno de muebles blancos al estilo Ikea y muchas pizarras. El septiembre pasado 100 estudiantes solicitaron participar en el curso. Zenios aceptó a 70 solicitantes con ideas para un nuevo producto o servicio que se dirigió a un punto de preocupación del cliente. Más de 20 estudiantes se reunieron para elaborar un panel de contratación, formar equipos y compartir ideas con diversos fundadores de startups.

Muchas asignaturas optativas de las escuelas de negocios utilizan casos reales orientados al ámbito económico de todo mundo para enseñar y, posteriormente, el graduado MBA pasa a encabezar una empresa dos o tres años más tarde.

Startup Garage pide a los estudiantes forjar una idea para una empresa, utilizando en parte el modelo “lean startup” creado por Eric Ries, un método de desarrollo y despliegue de productos o servicios realizado de forma rápida para evitar fracasos costosos.

«Te conviertes en tu propio caso«, dice Zenios. Una de las asignaciones consistió en hacer un análisis de la competencia que defina el modelo de negocio de los rivales y un punto de diferenciación del negocio del estudiante. Con el cierre del trimestre, los equipos ya han subido un plan operativo de 12 meses.

Aula transformada y cambiante para Startup Garaje

El año pasado, Zenios renovó Startup Garage cambiando el aula de las clases, una idea que está ganando tracción en Stanford. En lugar de utilizar el salón para conferencias, elaboran un aula completamente transformada que exige a los estudiantes ver las conferencias grabadas. Los equipos miran conferencias y presentan sus asignaciones en línea para que puedan pasar las horas de clase aplicando lo que han aprendido.

De los 25 equipos que comenzaron el curso en otoño sólo 12 se quedaron en su proyecto inicial. Un equipo que comenzó con una idea para el mercado de nuevos automóviles terminó realizando un servicio de cuidado de mascotas B&B en Brasil. «Ellos se topan con algo (y descubren) que en la economía no va a funcionar, no importa lo que hacemos, sino que se pueda aplicar el mismo aprendizaje para el nuevo espacio que están explorando y actuar rápidamente«, dice Zenios.

Los equipos avanzan a través de entrevistas a los clientes potenciales y expertos de la industria que permiten adquirir práctica fuera de las clases. Al final del primer mes, los estudiantes identifican a sus usuarios, la necesidad del mercado y adquieren una visión única que les hace creer que pueden hacer frente a un punto de preocupación del cliente de una nueva manera.

Cuatro instructores proporcionan retroalimentación constante

Si el primer prototipo traído frente a los clientes potenciales no funciona, significa que «no entiende el punto de preocupación del cliente y hay 5 o 10 cosas que no se están dirigiendo adecuadamente«, dice Zenios. Los estudiantes entonces deben apuntar y revisar.

La base del curso es la constante revisión y retroalimentación por parte del equipo responsable y el apoyo de sus cuatro instructores, que incluyen a Siegelman, y los compañeros inversores de capital de riesgo como Saar Gur y Richard Lin, que se desplazan de un equipo a otro durante la clase. Gur es un socio general de Charles River Ventures. Lin, un MBA de Stanford, es un ex científico de investigación en la Escuela de Medicina de la UCSF y la Escuela Médica de Harvard además de uno de los socios de los tres que conforman este arco.

Emparejar a Zenios con estos tres inversores de éxito es un modelo que ha traído muy buenos resultados” dice Ryann Price, asistente de dirección del Startup Garaje, quien coordina el día a día de las operaciones de la asignatura. A veces incluso los profesores se convierten en inversores de las ideas desarrolladas.

Estudiar la economía para llevar un restaurante

El año pasado, los graduados de MBA en Stanford, Tony Xu y Evan Moore cursaron Startup Garage mediante la planificación y ensayo de la idea de DoorDash, que recopilaba información sobre los restaurantes locales y los repartidores que ofrecen comida para llevar en el área de San Jose/South Bay.

Los estudiantes pasaron horas durante el trimestre de invierno estudiando los aspectos económicos de un restaurante de comida para llevar, tratando de averiguar cuántos pedidos tenían que entregar por hora para dirigir un negocio rentable. Xu y Moore presentaron el proyecto DoorDash con otros dos estudiantes de Stanford.

En septiembre de 2013, apenas unos meses después de la graduación, Khosla Ventures Keith Rabois y Gur de Charles River Ventures recibieron 2,3 millones de dólares en su ronda de financiación de DoorDash. Gur y Zenios creen desde entonces claramente que el espíritu empresarial puede “enseñarse”.

«Si lo desglosamos como un proceso, entonces puedes enseñar a innovar», dice Zenios .»Se puede instruir a la gente los diferentes elementos que componen la estructura y todo se vuelve menos intimidante. Puedes enseñarles qué pueden esperar de cada parte del proceso.»

Estos cursos conforman una apuesta vinculada a la innovación que ya está dando grandiosos resultados, el mundo de las startups cada vez es más notorio y el original modelo de aprendizaje que aplica este curso no deja de mostrar que el cambio avanza y el deber es adaptarse.

Fuentes: Poets&Quants, Harvard Gazette.

About Author

Luis Gude

Luis Gude

Luis Gude cursa un Grado en Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid. Colabora en diferentes medios y plataformas entre los que destaca el magazine de humor Criaturas 2.0 de Inforadio.

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